Pasaje de Las Escrituras: Santiago 1:12-15
“Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.”
Los Componentes de la Transigencia
• Anonimidad – Cuando te envuelves en el pecado porque piensas que nadie está viendo.
• Disponibilidad – Cuando te envuelves en el pecado por las cosas disponibles a tu alcance.
• Apetito – Todos tenemos deseos de la carne (Gálatas 5:17-21)
La estrategia de defensa para la victoria contra la tentación
• La defensa para la anonimidad es la conversación de acceso: Alrededor de tu mesa hoy comparte quien tiene acceso a tu corazón, hogar, tiempo personal, y tecnología. O, ¿a quien te diría Dios que le dieras acceso a esas áreas? Si no los has hecho aún, sé intencional de abrir tu vida personal a un amigo o familiar Cristiano cercano.
• La defensa para la disponibilidad es crear límites: Comparte con tu grupo cuales son los limites que has puesto que te evitan cruzar la línea. O, discute los límites que podrías crear para tu vida. ¡La meta es tener un plan!
•La defensa para el apetito es el contentamiento: Se honesto con tu grupo o tu amigo, sobre el nivel de confianza y contentamiento en tu vida, relaciones y matrimonio. ¿Que cambios crees que deberías hacer? ¿Tu confianza está en Jesús o en tus habilidades, estatus, finanzas, etc? El Señor te está llamando a buscarle a ÉL.
Como vemos un problema hace la diferencia sobre que tan serios estamos de lidiar con el. La conversación abierta sobre las defensas de las tentaciones es el primer paso en manejar esas tentaciones que todos enfrentamos en la vida. Mientras tu grupo esté junto pasa algunos minutos en oración pidiéndole a Dios que les de a cada uno sabiduría para defenderse de la tentación.